sábado, 9 de octubre de 2010

Natalie Portman, cuyo nombre real es Natalie Hershlag, ha resultado ser una psicóloga de renombre


La famosa actriz Natalie Portman, cuyo nombre real es Natalie Hershlag, ha resultado ser una psicóloga de renombre. Mientras se hacía famosa por ser una excelente actriz, logrando papeles clásicos en el cine, continuaba sus estudios en psicología en Harvard.

Lo que más llama la atención es que no sólo completó sus estudios, sino que participó en proyectos de investigación, y ha publicado un paper científico sobre la neurociencia del desarrollo infantil.

http://nataliaportman.blogspot.com/



Natalie nació el 9 de junio de 1981 en Jerusalem, Israel. En la escuela fue una estudiante modelo, a pesar de haber comenzado su carrera en el cine desde niña. Cursó sus estudios de psicología en Harvard, donde también estudió diversos idiomas. Terminó su carrera en 2003, pero en sus años finales fue asistente de investigación del Prof Stephen Kosslyn, en el laboratorio de neuropsicología donde participó investigando el vínculo entre el lóbulo frontal del cerebro y el conocimiento visual en los niños.

El estudio (aquí el PDF) investigó la habilidad para entender que los objetos no desaparecen del mundo cuando están fuera de la vista, algo que típicamente se desarrolla en el primer año de vida.

Los investigadores han argumentado que el lóbulo frontal es particularmente importante en esta aptitud, pero el problema es que los bebes no pueden pasar por un scanner cerebral convencional para probar la idea de forma sencilla, se mueven mucho.

El estudio de Natalie, liderado por la Dra Abigail Baird, neurocientífica, utilizó un método relativamente nuevo para medir el funcionamiento cerebral llamado NIRS.
Esta tecnología se apoya en el hecho de que la luz infraroja cercana puede penetrar el cráneo, y la sangre que transporta oxígeno, y que la sangre que ya lo ha entragado, absorben la luz de forma diferente.

Entonces la idea es que el rayo de luz del aparato es enfocado en el lóbulo frontal, y así se puede ver cuanto esta trabajando esa área al poder ver qué tan rica está la sangre en oxígeno.

Lo bueno de esta tecnología es que no tiene ningún efecto nocivo en los niños, y tampoco se ve afectada si los bebés se mueven mucho.

Entonces Natalie y los investigadores les mostraron a los niños un juguete, que luego era escondido bajo la ropa. Los niños que tenían una permanencia del objeto, que sabían que no había desaparecido, lo buscaban bajo la ropa.

Mientras que los niños que todavía no tenían esa habilidad simplemente ignoraban la ropa y se olvidaban del juguete, buscando algo más que hacer, debido a que el recuerdo del juguete ya había desaparecido.

El estudio consistió en examinar a 20 niños durante cuatro semanas, de edades que iban de los 5 a los 12 meses. Para poder ver qué era lo que cambiaba en el cerebro mientras la habilidad aparecía, los investigadores compararon la absorción de la luz infrarroja en el momento en que los niños miraban el juguete por primera vez, con el momento en que lo habían olvidado, creyendo que había dejado de existir al haberlo perdido de vista.

El equipo de Natalie descubrió que el lóbulo frontal se manifestaba de golpe, cuando los niños desarrollaban el conocimiento de que los objetos ocultos todavía existían. De esta forma los científicos se pudieron dar cuenta qué zona del cerebro estaba involucrada con esta importante función mental.

El estudio también demostró que el espectrómetro de luz infrarroja puede ser utilizado con éxito en el estudio del desarrollo cerebral en bebés.

El paper fue publicado luego en la revista Neuroimage, con el nombre real de Natalie (Hershlag), con el título de “Frontal lobe activation during object permanence: data from near-infrared spectroscopy”.

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